En el artículo anterior (Lo puedes conseguir haciendo click aquí), te explicamos qué es el hachís y sus diferentes tipos. En este artículo te hablaremos sobre cómo hacer hachís de forma casera sin morir en el intento.
Lo primero es que debes saber que para extraer los tricomas glandulares de la materia vegetal/inflorescencias (flores), existen dos tipos de extracciones: con solventes y sin solventes. Las más naturales son las extracciones más fáciles y menos peligrosas actualmente; recordemos que la extracción mediante el uso de gas Butano, es otro mundo. La extracción de hachís del cannabis ha existido desde hace miles de años, casi desde el momento donde el humano conoció esta noble planta.
En Cannaland queremos compartir contigo los métodos de extracción más naturales para que puedas realizar tus extracciones en casa, libre de peligros.
Hacer Hachís con las manos (Charas)
En los países productores de cannabis, el hachís se obtenía (Y sigue obteniendo) directamente con las manos, restregándolas en los cogollos y luego raspando la resina de las manos. Es una técnica milenaria que a pesar de no ser el proceso más eficiente, es el más fácil de realizar y el más común.
El Hash obtenido a mano, rapándolo de las mismas, se comprime junto con el sudor para crear una masa compacta brillante alta en Cannabinoides y terpenos. Quizás no es la técnica más limpia, pero es lo más simple, al estilo de la más vieja escuela (Literalmente).
¿Cómo realizarla a tus flores? Pues no hay mucho que decir, sólo te queda tomar los cogollos resinosos y frotarlos contra tus manos como si no existiese un mañana. Poco a poco la resina se irá almacenando en tus manos, formando una capa gruesa, oscura.
Luego de esto, sólo te queda rasparla de tus manos y almacenarla en un contenedor preferiblemente de vidrio oscuro, y guardarlo en un lugar oscuro.
Por cierto, el charas responde a la misma metodología, la diferencia, es que este último se realiza frotando los cogollos de las plantas estando aún frescos.
Tamizado de tricomas en seco (Drive Shift)
Una de los primeros métodos eficientes para separar los tricomas de la materia vegetal, fue el tamizado realizado en seco. Consiste en tamizar los cogollos en sucesivas mallas de distintos micrajes, cada vez más fino. Por lo general, se utilizan mallas de 160 micras, y aumentando; mientras más fricción se realice y los micrajes aumenten, mayor será la pureza de la extracción. Esto último significa mayor calidad de Hachís, tanto en concentración, como en sabores y aromas.
Deberás elegir un día sin humedad, una buena práctica es colocar la materia prima dentro de una (O dos) bolsa hermética, y lo mantengas en el refrigerador durante por lo menos una hora.
Para este proceso, colocarás la materia vegetal sobre las mallas, y aplicarás presión sobre ellas con una tarjeta plástica rígida para que los tricomas se desprendan. Recuerda elegir mallas de buena calidad y no presionar demasiado la materia contra ellas.
El contenedor final, donde caerán los tricomas, deberá bien ser una superficie antiadherente, o contar con papel pergamino antiadherente también. Por último, aplica presión a tu producto final para que se compacte y sea mucho más fácil de manejarlo.
Este método es bastante práctico, e incluso puedes utilizar los tricomas sin mucha presión, agregándolos a un blunt, e incluso utilizarlo para vapear, para bongs o para dabbing. Es muy fácil de transportar y se puede almacenar durante meses, manteniendo su aroma, sabor y potencia intactos.
Hachís al hielo (Bubble Hash)
La extracción con hielo, o Bubble Hash, consiste en sumergir los cogollos en agua helada con hielo. Al hacer fricción, los tricomas congelados se desprenden de la materia vegetal y se acumulan en una malla que no los deja escaparse.
Para este método, una vez que los cogollos se sumergen en agua y hielo, se deben revolver despacio, pero constantemente. Generalmente se colocan sobre tres mallas seguidas, una dentro de la otra. Por la parte de afuera, se coloca la más pequeña, que debería ser de alrededor de 70 micras, que será la que ataje el hachís. La segunda, que va sobre la anterior, debería contar con unas 160 micras, y sobre esta, se coloca la de mayor tamaño de filtrado: 220 micras.
Deberás utilizar un contenedor acorde a la cantidad de materia prima, llegando la mitad del mismo con agua, y completar su volumen con mucho hielo. Una vez que la temperatura alcance los 4°C, deberás agregar la materia vegetal congelada, donde la removerás constantemente durante 15 minutos de forma suave. Una vez termines, puedes quitar la primera malla y procesar de nuevo el material para exprimirlo un poco más, y hacer lo mismo con la segunda.
Luego de terminar con el proceso, procederás a escurrir las mallas y tamizar en un colador metálico. Una vez listo, sólo queda recogerlo y almacenarlo en un lugar oscuro con una humedad baja. En caso de no haber curado los cogollos, puedes aprovechar para curar ahora los tricomas de forma directa.
Vuelca el agua. Escurre las mallas. Una vez seco el hash tamízalo en un colador metálico, recoge y guarda. El producto debe ser almacenado en un lugar oscuro, de humedad baja. Si no habías curado los cogollos o la manicura que hayas usado hazlo ahora. Bienvenidos al mundo del hash sin solventes.