Efectos del Cannabis, Guías

¿Por qué se nos ponen los ojos rojos cuando estamos high?

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Tal vez ya te pasó o tal vez lo recuerdas, es de tarde, te volaste la última clase de la Uni con tus amigos, pasándose un porro en las jardineras mientras escuchan el nuevo de Kendrick, todo está perfecto, el high te pega rico, las risas no paran y sientes que la música jamás sonó tan cabrón. Te acuerdas que quedaste de comer con tu familia y aplicas la de:

—Oye, ¿cómo se me ven los ojos?

Y te sueltan la que te pone nervioso:

—¡Güey, tus ojos están bien rojos!

Ni modo, ya se te hace tarde y tienes que llegar a tiempo. No te da tiempo de comprar las Nasil, vas entrando a tu casa con tu sudadera oversized y tu mochila que huele más a hierba que a libros de cálculo. Te ves en la pantalla de tu celular (porque en esos tiempos no existía la cámara frontal con selfie) y maldita sea… tienes los ojos más rojos que culo de mandril y entras en pánico.

Rápido te metes al baño, sin saludar a nadie, te checas y comienzas a pensar en soluciones rápidas. Intentas abrir los ojos más de lo normal, pero ahora pareces un psicópata, parpadeas mil veces como si eso fuera a borrar el color y te lavas la cara con agua fría, pero solo logras verte más drogado, porque no solo te delatan tus ojos, sino esa pequeña sonrisa traviesa que traes desde que te despediste de tus amigos.

Al final, solo te queda aceptar tu destino y caminar hacia el comedor con una expresión de “No pasa nada, todo está chill”. Pero en cuanto cruzas la puerta…

—¿Por qué traes los ojos así? —dice tu mamá con mirada de detector de mentiras activado.

En ese momento, tienes dos opciones: negarlo hasta la muerte (“Es que me entró polvo, jefa, y hace un buen de calor”) o sordearse duro (“¿Cómo crees? Para nada, igual y es que no dormí bien”). La elección es tuya, pero todos sabemos que ninguna funciona realmente, tus jefes siempre se la saben y cuando crees que la libraste, después te enteras de que sabían que andas astral, pero ya no importa.

Te sientas, comes delicioso porque te estaba dando moncho y, aunque estás nervioso, la plática fluye con tu familia de manera cordial. Una vez más, sientes que la has librado. Pero después de ese momento de tensión, te entra la duda… ¿por qué chingados se nos ponen los ojos rojos?

Pues resulta que no es el humo el que irrita los ojos (aunque a veces contribuye), sino un efecto directo del THC en tu sistema circulatorio.

Cuando fumas o consumes cannabis, el THC baja la presión intraocular, lo que dilata los vasos sanguíneos y capilares en los ojos. Esa dilatación hace que fluya más sangre a los globos oculares, lo que da ese clásico tono rojizo. Entre más potente la cepa, más fuerte el efecto.

En otras palabras, tus ojos rojos son la prueba física de que el cannabis está haciendo su trabajo. Y aunque algunos lo ven como un red flag, lo cierto es que este mismo efecto es una de las razones por las que el cannabis es útil para tratar el glaucoma, ya que reduce la presión en los ojos.

Cómo disimular los ojos rojos (y salvarte del interrogatorio)

Si no quieres que tu mamá, tu jefe o el vecino chismoso te pillen high, aquí tienes algunos trucos probados por generaciones de fumetas:

  1. Las gotas para los ojos son tu salvación
    Las gotas con tetrahidrozolina contraen los vasos sanguíneos y eliminan el rojo en minutos, pero te aconsejamos no usarlas a cada rato, porque pueden tener efectos adversos. Úsalas solo de emergencia.
  2. Usa lentes de sol (pero no en interiores, por favor jaja)
    Si es de día, los lentes oscuros te salvan el pellejo. Pero si entras a la casa de tu abuelita con gafas en la noche… bueno, obviamente te van a torcer y a preguntar qué pedo. Recuerda el dicho: “gafa oscura, pacheca segura”.
  3. Hidrátate y enjuágate la cara con agua fría
    Esto no elimina los ojos rojos al instante, pero ayuda a que no te veas tan deshidratado y te aliviana el nervio.
  4. Evita fumar en exceso si tienes que interactuar con alguien importante
    Porque todos sabemos que si te pasas de la raya, las gotas no serán suficientes.
  5. Consume en paz, sin paranoia
    Si algo nos enseñó la adolescencia y parte de la juventud, es que la paranoia de “me van a cachar que ando high” es mucho peor que simplemente disfrutar el viaje en un lugar seguro y sin estrés.

Hoy en día, el cannabis está más normalizado en muchos lugares y ya no es necesario jugar al camuflaje todo el tiempo. La clave es saber cuándo y dónde consumir para evitar malos ratos y situaciones incómodas.

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